13.4.15

Inquisition en Guatemala


Los fines de semana en la Ciudad de Guatemala a veces se caracteriza por ser aburridos y sin emoción…y en efecto, así había estado durante el último mes y centavos luego que suspendieran un show al que tenía muchas ganas de ir. Lo alegre comenzó a suceder el día 10 de abril por la noche.

Indeciso con qué hacer ese viernes, durante el horario laboral me comuniqué con uno de los chicos de las bandas locales. Chato me comentó que junto a Kumi y Expectativa viajaban al siguiente día a San Pedro Sacatepéquez al show de la banda de black metal Inquisition.

En lo personal, no tenía planeado acudir al show por diferentes razones. Por ejemplo, al inicio de la publicación del evento en donde anunciaban un show para un reducido grupo de personas no me pareció la mejor manera de promocionarlo. Pero bueno, sabiendo que habían entradas al mismo costo –razonables Q. 125.00-; decidí acudir en la alegre excursión a uno de los municipios vecinos de la Ciudad de Guatemala: San Pedro Sacatepéquez.

Quedamos juntarnos a comer antes de ir. Luego que amablemente me dejaran estacionar mi carro cerca de la casa de uno de ellos, partimos hacia el municipio vecino. La travesía estuvo tranquila, no hubo mucho tráfico y llegamos en alrededor de 30 minutos y encontramos rápido el lugar.

Los cuatro nos emocionamos al ver una cantidad considerable de metaleros. Fue muy agradable también encontrarnos con algunos de ellos y saludarles, ya que en más de una ocasión han llegado a los shows organizados por Warning, SRT, Disvergue, Los Impuestos…por mencionar a algunos. Por cierto, vi a alguien con una tshirt de la segunda banda.

El concierto no inició hasta 3 horas después de la convocatoria. Por lo mismo, decidimos dedicarnos a beber y platicar. Incluso, en uno de los primeros spots que utilizamos sin querer le rescatamos cierta sustancia a dos chicos que andaban por ahí porque jamás nos dimos cuenta que había algo tirado en la banqueta.

Este tiempo nos sirvió para hablar sobre cómo han ido evolucionando y creciendo las escenas en el país. Yo les mencionaba que me emocionaba y me gustaba ver que en un evento sin anuncios caros y con tickets de miles de quetzales había una considerable cantidad de personas…y con ticket pagado.

Yo estaba muy emocionado porque este fue el primer show –o ritual, como le llaman ellos- de black metal al que acudía. Este es un género al que caí, por decirlo de alguna manera; luego de escuchar crust o d-beat. Asimismo, hace algunos años tuve la oportunidad de escuchar unas grabaciones de Abyssum y luego de Bacab, bandas que compartirían escenario con la banda radicada en Seattle.

El concierto inició alrededor de las 6 de la tarde. La banda telonera fue Dissaor. De ellos me gustó mucho que la vocal fuese una chica. A pesar de ser una voz no muy melodiosa la que usa el black metal, a ella se le entendía lo que cantaba, tanto en inglés como en español. Luego de ellos tocó Prophecy, que ya era un black metal más nueva escuela. Lo que me gustó de ellos fue que tenían muchos breakdowns, incluso me hacía pensar que serían buenos invitados para un evento con los chicos jarkor de por aquí.

Luego, le tocó el turno a los cobaneros de Bacab. Como ya les había comentado, a esta banda la escuché en una de las reuniones de LeClub y desde el inicio me gustó mucho. Recomendada si la quieren buscar y contactarla para comprar material. Algo que quiero decir no me gustó fue que a estas tres bandas no les pusieron el mismo sonido que a las siguientes. No sé por qué lo habrán hecho, pero no lo creo justo porque nosotros el público nos merecemos el mejor sonido –por el que también pagamos-; y los músicos se merecen un trato igual y profesional por parte de la gente de atrás de los escenarios.

Luego fue el turno de Abyssum. Con ya 20 años de trayectoria, esta banda fue la mejor banda de la noche. Yo había podido escuchar un par de grabaciones de este proyecto, pero no le hicieron justicia a la forma en la que tocaron. Cabe destacar que Caballo, formador del proyecto; tuvo que decirle a los sonidistas que le mejoraran el volumen y eso. Insisto, por qué no tratar igual a las bandas nacionales que a los extranjeros. Sin más ni más están de más las palabras para describir que estos 2 chicos se rifaron en el escenario. Todos quedamos muy contentos con la presentación.

Finalmente, a eso de las 10 de la noche le tocó el turno al proyecto del guitarrista/vocal colombiano radicado en Seattle, Inquisition. Personalmente son dos cosas las que me gustaron de esta banda: la forma de cantar de Dagon –bastante monótona, pero con un tono que te puede hacer “tripear”, por decirlo de alguna manera; y la forma bestial de usar el blastbeat de Incubus, a lo vieja escuela.

Todo esta muy bien en el show: las luces muy acordes y profesionales, el sonido ya siendo más decente, cerveza, comida y bebidas varias a precios muy razonables; ningún conato de problemas…hasta que se dio una situación bastante incómoda.

Lastimosamente y debido a la situación del país en temas socioeconómicos y seguridad; uno de los grupos de patrulleros organizados de la comunidad llegaron al evento y la organización tuvo que cancelarlo. No quiero entrar en detalles ni suposiciones de por qué se dio la suspensión del evento: que si fue porque la gente estaba muy borracha, que si fue por gritarle de mierdas sobre sus creencias, que si fue por ser un prepotente chapín…que se yo.

Al final, no pasó nada del otro mundo y todos volvimos a la Ciudad a comer y beber otro poco para terminar la noche.

Un saludo muy especial para las personas con las que compartimos: Cumi, Expectativa, Chato, Hugo, Claudio, Faraón, Nelson y al chavo que se estaba tripeando su candelita negra cuando tocó Inquisition.


Saludos banda. Hasta la próxima!!!

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